Como alude el título del relato, el momento climático se produce con el hallazgo del talismán, cuando los soldados son enviados a vigilar desde el promontorio de Sancti Petri. Desde allí observan las ruinas del castillo y Rodrigo decide ir a explorar lo que queda del antiguo templo fenicio, mientras sus compañeros prefieren permanecer en el lugar solazándose:
Unas golondrinas huyeron despavoridas ante su presencia, y de repente, del nido de hojarascas, pajuelas y plumones, se desprendió un objeto luminoso de oro purísimo, que tras un vuelo fulminante, tintineó en el suelo con un sonido seco y metálico. De inmediato atrajo la atención de Rodrigo. Era una moneda antigua de oro. La tomó en su mano con un sobresalto supersticioso y tras frotarla con saliva se la acercó a sus curiosas pupilas. El anverso representaba la cabeza de un hombre distinguido -quizás el dios Melkart fenicio-, y en el reverso resaltaban dos peces, uno debajo del otro.
-Es soberbia y debe valer lo suyo- masculló-. Esa efigie debe ser la de Melkart, «el Señor de la cuidad fenicia de Gadir». La guardaré para regalársela a mi padre.
Pero retornó bruscamente a la realidad.
Un soldado francés escondido vociferó a sus espaldas en la quietud del crepúsculo. Al poco se escuchó la detonación de una pieza de artillería. Muy cerca de allí.
La superstición de Rodrigo le lleva a presentir que la moneda encierra algo mágico que solo creerá descubrir más adelante. Efectivamente, la bomba ha caído donde estaban sus amigos y los tres han perdido literalmente la cabeza. La terrible visión le hace vomitar y luego gritar furioso: «La guerra no es un acto de honor, es una plaga bíblica. ¡No es justo Dios mío!- gritó en el silencio. Es la muerte».
Curiosamente, los sentimientos que desencadenan la tragedia vivida por el joven Rodrigo son similares a los que despiertan en Frasquita Larrea la desolación que sigue a la batalla de Chiclana. La experiencia ha sido crucial y marcará su vida para siempre: «Se había hecho hombre de un solo trago, pero ya no sublimaba la guerra. Detestaba convertirse en el héroe que tanto había soñado».
La lección ha sido dura y eso dará sentido a sus palabras finales. Si quieres saber cuáles son, tendrás que leer el libro.
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