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martes, 25 de febrero de 2014

Cuenta los pasos de la vida, soneto de Diego Torres Villarroel

Por alguna razón, siempre me ha conmovido este soneto de Diego de Torres Villarroel, a pesar de lo ajena que pueda resultarme su visión desengañada. Un desengaño producido por la creencia, muy en la línea de otros sonetos de Quevedo, de que la vida terrenal es un tránsito efímero e incierto, que apenas nos da la bienvenida para despedirnos casi sin darnos cuenta.
La desesperanza parece ser la única realidad del hombre, que admite la fúnebre ley severa a que lo ha condenado una culpa ajena. En medio, solo oscuridad y dolor y un ascético regodearse en la podredumbre escatológica, en la degradación material y vital.
Cuenta los pasos de la vida.

De asquerosa materia fui formado,
en grillos de una culpa concebido,
condenado a morir sin ser nacido,
pues estoy no nacido y ya enterrrado.
   De la estrechez obscura libertado
salgo informe terrón no conocido, 
pues sólo de que aliento es un gemido
melancólico informe de mi estado.
  Los ojos abro, y miro lo primero
que es la esfera también cárcel oscura;
sé que se ha de llegar el fin postrero.
Pues ¿adónde me guía mi locura,
si del ser al morir soy prisionero,
en el vientre, en el mundo y sepultura?

 Y sin embargo, cuántos matices, cuántos encierra su vida y su obra, como puedes descubrir en la página que le dedica la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, de donde proceden ambas imágenes:
BVMC
Muy diferentes son por cierto otros poemas como el que dejaré para la entrada siguiente que, tejido con semejantes mimbres, se envuelve con la agudeza cómica.

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