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viernes, 10 de marzo de 2023

Los Episodios de Trafalgar y Cádiz en las plumas de Frasquita Larrea y Fernán Caballero




Dentro de la Colección Bicentenario, promovida por nuestro Grupo de Estudios del Siglo XVIII y la Diputación Provincial de Cádiz, publiqué un conjunto de textos en los que Frasquita Larrea y su hija Cecilia Böhl, Fernán Caballero, daban testimonio de los acontecimientos ocurridos durante la batalla de Trafalgar (1805), las Cortes de Cádiz y el breve Trienio Liberal.

    El citado volumen, Los Episodios de Trafalgar y Cádiz en las plumas de Frasquita Larrea y Fernán Caballero (2006), lleva un estudio introductorio de unas 70 páginas en el que abordo las figuras de Frasquita Larrea y Cecilia Böhl, realizo un acercamiento al recorrido literario desde Trafalgar a Cádiz. Analizo los textos encuadrándoles entre la épica y el patetismo sensible, realizo un examen del episodio primerizo de Cecilia Böhl a Trafalgar, aún no había utilizado el seudónimo masculino que le dio la fama, añado una noticia bibliográfica sobre los textos, ofrezco una somera bibliografía y comento algunas claves de la edición.

    Ahora, conforme a la Política de acceso abierto (OPEN ACCESS), y Transferencia de nuestra investigación, nuestro Grupo ha iniciado una serie de actuaciones para que los investigadores interesados y el público en general pueda acceder a algunos de estos libros.

    En el siguiente enlace pueden leerse tales testimonios.

Una breve semblanza de Frasquita Larrea puede leerse en mi trabajo para Edi-Red en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes.

lunes, 2 de junio de 2014

Cuentos del Romanticismo. (I)

Afortunadamente desde hace algunos años contamos con estupendas antologías, y muy asequibles, para conocer algunos de los mejores cuentos del Romanticismo español. Entre ellas, merece la pena destacar la que hiciera Montserrat Trancón para la editorial Jade, Relatos fantásticos del Romanticismo español (1999) y la más reciente de Borja Rodríguez Gutiérrez, Antología del cuento romántico (2008), para Biblioteca Nueva, que actualmente puede consultarse en edición digital en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. Aun así, la producción cuentística de este periodo es inmensa y son muchos los títulos en los que sigue siendo necesario acudir a los periódicos y revistas de la época para su lectura, claro que algunos de estos son accesibles ya desde hemerotecas digitales como la que alberga la página de la Biblioteca Nacional.
         Como he comentado en entradas anteriores, buena parte de los escritores se ganaron la vida publicando en las numerosas y, en ocasiones efímeras, publicaciones periódicas que se editaron tanto en Madrid como en provincias y no solo lo hicieron por ganar un sustento rápido sino también porque el eco de su difusión podía garantizar la publicación posterior en libro, el sueño de todos los escritores. En las páginas de El Artista (1835) publicó su primer relato «La madre o El combate de Trafalgar», una desconocida autora, que pefería ocultarse tras su C.B. y que luego resultaría ser Cecilia Böhl de Faber, quien una década después se haría famosa con el seudónimo Fernán Caballero. En esa misma revista y en ese mismo año José de Espronceda daría a la luz su cuento «La pata de palo».
El Artista. 1835

jueves, 30 de enero de 2014

«El talismán. Un relato del sitio de Cádiz (1811-1812)», de Jesús Maeso de la Torre

          Con motivo del Bicentenario de la Constitución de 1812, el Ayuntamiento de Cádiz organizó un Encuentro de Escritores de Novela Histórica, para el que José Calvo, José L. Corral, Eduardo Garrigues, Jesús Maeso y Manuel Pimentel proporcionaron cinco relatos, luego publicados por Almuzara en diciembre de 2008.  


           El título del relato de Jesús Maeso tiene ya cierto sabor de época: «El talismán». Nos recuerda a esos cuentos «de objeto pequeño» que cambian la vida del protagonista. Con el mismo título publicó Emilia Pardo Bazán un cuento en el que, como en otros cuentos de la época, el objeto convoca ciertos presentimientos fatales que luego se realizan, aunque el desenlace permite una doble lectura. En el caso de la obra Maeso, existen además otras concomitancias con la el realismo del siglo en que transcurre la acción. El joven gaditano que protagoniza el relato nos trae ecos galdosianos: 
      «Cerró los ojos para formular su gran deseo. Aquel domingo de febrero, Cádiz, perfumada por un aire liviano, parecía una ciudad tejida de hilos de crisálidas. Rodrigo Centellas, un muchacho del barrio del Pópulo, inquieto y soñador, de cabellos rizados, piel tostada, ojillos claros de gato, y lengua suelta, sesteaba tendido sobre la arena sedosa de La Caleta, cuyas aguas habían robado el azul del cielo» (p. 141).
         Efectivamente, si de un lado el cuento se emparenta por su ambientación con una parte de la novela que publicará tres años más tarde En una tierra libre, por otro lado, remite al imaginario del primero de los «Episodios Nacionales», Trafalgar. Es cierto que la batalla de 21 de octubre de 1805 transcurre varios años antes que la que se narra en este relato, pero a muy poca distancia, pues esta tiene lugar en Chiclana de la Frontera, y, además, como en el relato galdosiano, su protagonista siente henchirse de patriotismo al conocer las noticias de la guerra; claro que el rumbo que toma la acción es diferente, como lo es también su derrotero final.
         Al leer sus apuntes costumbristas sobre la sociabilidad gaditana, no puede dejar de reconocerse la influencia en Maeso del Cádiz de Galdós, como también quizás la de Un siglo llama a la puerta, de Ramón Solís, o la del recorrido dibujado por este mismo autor por las calles de El Cádiz de las Cortes. Si bien, la perspectiva desde la que contempla Cádiz el joven mozo es bastante más amable, como si la colocación que le buscara su padrino, el clérigo liberal Fray Daniel, proyectara su envolvente dulzura: 
      «Hacía tiempo que lo había tomado bajo su protección, antes de colocarlo de mozo chocolatero en la Confitería Cossi, en la calle San Francisco, lugar de tertulia de liberales, de profesores de la Escuela de Arte, de periodistas de El Conciso y de encopetadas damas.  
       Algunos recalcitrantes, y sobre todo fray Vélez, el lider de los serviles de la ciudad, lo tildaban de afrancesado por sus ideas jacobinas, pero no era sino un hombre misericordioso, patriota y filántropo (p. 144)». 

             Cuando llega el momento de la batalla son otros los ecos bélicos que resuenan. Rodrigo será herido pero logrará salir vivo, algo que no pueden contar sus íntimos amigos, que sucumbirán por efecto de una bomba enemiga, cuando pensaban que la coalición hispano-británica había alcanzado la victoria. Justo en ese momento, tiene lugar el clímax narrativo y la deriva final, que actualiza el sentido del cuento y lo distancia de cualquier relato épico, aunque sin dejar de tener cierto sabor histórico. Esta cuestión quedará para la próxima entrada.