Recientemente un amigo me recomendó que leyera este blog de El País y enseguida recordé que cuando recibía clases de cultura clásica en el Instituto un compañero me lanzó lo que él debía considerar un piropo irresistible: «A ti te raptaba yo como a las Sabinas». Lo peor es que, tan asumido tenía esas actitudes machistas, que no me horrorizó tanto la propuesta de mi condiscípulo como el escaso atractivo del enardecido «seductor».
El problema, como señala su autora, Concha Mayordomo, no es la presencia de este tema en el arte, sino que tales delitos puedan seguir siendo justificados como algo «natural». Amparándose quizás como recoge la misma autora, en planteamientos como el siguiente:
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Poussin, El rapto de las Sabinas. Fuente: Wikipedia |
El problema, como señala su autora, Concha Mayordomo, no es la presencia de este tema en el arte, sino que tales delitos puedan seguir siendo justificados como algo «natural». Amparándose quizás como recoge la misma autora, en planteamientos como el siguiente:
Cuando el objeto erótico es una mujer, la incitación al rapto se potencia porque también, en cierto modo, puso Dios en el mundo a la mujer para ser arrebatada, no digo que deba ser así, pero ¿qué le vamos a hacer si Dios lo ha arreglado de esa manera? Ortega y Gasset, Estudios sobre el amor (Plenitud, 1957),
Así, como recuerdan estos jóvenes Colegui$$$ en esta parodia musical, ya hemos empezado los Sanfermines con un nuevo caso de acoso sexual: Power
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