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jueves, 24 de noviembre de 2011

El «Quijote» en los pliegos de cordel. La «Tertulia de la aldea» (1768-71, 1782)

La Tertulia de la aldea es una miscelánea que incluye esencialmente material narrativo, y que como señala en su título, reproduce un marco coloquial, recurriendo al artificio de reunir en torno a la cocina de una casa de la vecindad, la de Antón Terrones, a una serie de narradores que puntualmente contribuyen con un cuento o una historia al desarrollo de dicha tertulia. Llegará la fama de la reunión hasta tal punto que el cura, el médico y el barbero que habían asistido la primera noche, «quedaron tan pagados de los sucesos, aventuras y chistes, que desde luego se constituyeron tertulios y cofrades de aquella junta, prometiéndose, a traer su caso de cuento, suceso o aventura a la asamblea como uno de tantos» 

 Los miembros que frecuentan la reunión además de los citados, son un hidalgo y un escribano que completan la representación de la sociedad rural. Eso explica que los contertulios disfruten particularmente con los cuentos jocosos, tal como se encarga de subrayar el narrador:

«Muy gustosos  habían quedado de la noche antecedente los señores tertulios; y picados los nuevamente nombrados del chiste, y gracejo precedente, venían muy bien pertrechados con suceso [sic], aventuras y cuentos, el señor Cura, el hidalgo Benavides, y el tío Agustín Redondo; porque ya entre los mantenedores de la asamblea había entrado un género de emulación, que todos se esmeraban en leer, y estudiar en sus mamotretos con una sana competencia, sobre cual a cual se habían de exceder en lo singular de los sucesos, y especial y chistoso de los cuentos» (Tertulia de la aldea, Pasatiempo XI).
Lo más curioso de esta obra, cuyo título completo es Tertulia de la aldea, y miscelánea curiosa de sucesos notables, aventuras divertidas y chistes graciosos, para entretenerse las noches de invierno y del verano, es que en ella se compendian algunos episodios del Quijote, algunas de las Novelas ejemplares de Cervantes, así como historias variadas -raras, ejemplares, horribles, de santos, y otras, en la misma línea que Hilario Santos Alonso había ofrecido en otra obra anterior[1]-, junto con los cuentos jocosos a que me he referido antes, como él mismo señala:


«Lector mío, habiendo concluido con las Historias Sagradas y Políticas, y deseando tu diversión honesta, cristiana y divertida, he determinado ahora darte una Miscelánea curiosa de Sucesos, Aventuras, y Christes [sic] graciosos, en que puedas ejercer el tiempo desocupado, y divertir a tus amigos en las conversaciones y Tertulias; que por eso te intitulo dichas Misceláneas con el sobrenombre de Tertulia de la Aldea. En ellas, encontrarás algunas moralidades muy provechosas para el alma, que aunque graciosas y divertidas, no carecen del fruto debido. Daránse periódicamente, como se han dado las Historias, y al precio de un real en cuatro pliegos, en la misma imprenta de Don Manuel Martín»[1].




El éxito de esta obra fue tal que, tras la edición de 1768, volvió a imprimirse en la década de los ochenta y, en esta ocasión, figura como autor José Manuel Martín, y la imprenta de Manuel Martín[2].


[1] Cf., Marieta Cantos Casenave, Antología del cuento español del siglo XVIII, Cátedra, Madrid, 1995.
 

[2] Cf., Colección de varias historias, así sagradas como profanas, de los más celebres héroes del mundo y sucesos memorables del orbe, Madrid, Manuel Martín, 1767-1768, 2 vols.











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