Quizás para los que no somos muy aficionados a hacer listas, ni siquiera para el año nuevo, el sentido del título nos parezca sumamente inextricable, aunque es verdad que el lunes puede fácilmente asimilarse al comienzo de algo ligado a una rutina, generalmente vinculada al entorno laboral —se trabaje o no, como les ocurre a los protagonistas de Los lunes al sol. En todo caso, ese día de la semana se relaciona con la esperanza de algo nuevo, a veces deseado pero preterido por voluntad propia, aunque sea una voluntad aherrojada por prejuicios o imposiciones que hemos asumido como nuestros.
La historia que cuenta Najat El Hachmi, arabista, colaboradora de El País y autora de otras novelas como El último patriarca (Premio Ramón Llull, Prix Ulysse y finalista del Prix Méditerranée étranger), La cazadora de cuerpos y La hija extranjera (Premio Sant Joan de narrativa), tiene que ver con esa modelización de la mujer, de las mujeres, que a veces admitimos, de forma inconsciente y sin atisbo de resistencia. No es el caso, sin embargo, de la protagonista de El lunes nos querrán y sus amigas, novela con la que la escritora, nacida en Beni Sidel (Marruecos), ha ganado el Premio Nadal.
Portada de la novela (Planetadelibros) |
A pesar de las dificultades económicas, sociales, culturales y religiosas, estas mujeres de origen marroquí, que viven casi recluidas, vigiladas, controladas por los hombres de su familia, relaciones de amor y de amistad o vecinos del barrio periférico de Barcelona donde se han conocido y crecido, deciden desafiar en diferente medida cada una de ellas, todas las exigencias, retar a quienes tratan de dominar sus mentes y sus cuerpos, para empezar a vivir una vida en libertad; una vida no exenta de contradicciones y errores que marcarán sus pieles y sus almas, pero nacida de la decisión de dejar de comportarse como los demás esperan de ellas. Un accidente segará la vida de la amiga más íntima y con él la soledad más absoluta ensombrecerá a la protagonista que, mediante la carta a su amiga muerta, tratará de sanar sus heridas.
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