La leyenda del estudiante Lisardo, que varias concomitancias ofrece con la historia de El Estudiante de Salamanca de Espronceda, conoció su popularización a través de sendos romances, recogidos y publicados en el Romancero general o colección de romances castellanos anteriores al siglo XVIII por Agustín Durán (1828). En nota, el autor da cuenta tanto de su divulgación a través de la narativa barroca de Cristóbal Lozano, Soledades de la vida y desengaños del mundo, publicada en 1658 por su sobrino Gaspar Lozano, como de lo viva que sigue la leyenda en el XIX:
En realidad la historia de Lisardo conocía una versión anterior, procedente del Jardín de flores curiosas de Antonio de Torquemada, que junto a otras tradiciones ha sido examinada por Madeline Sutherland.
De esta leyenda, tomaría Espronceda, como señala Robert Marrast, la vida calavera del estudiante Félix de Montemar y el escarmiento a través de la contemplación del propio funeral.
En realidad la historia de Lisardo conocía una versión anterior, procedente del Jardín de flores curiosas de Antonio de Torquemada, que junto a otras tradiciones ha sido examinada por Madeline Sutherland.
De esta leyenda, tomaría Espronceda, como señala Robert Marrast, la vida calavera del estudiante Félix de Montemar y el escarmiento a través de la contemplación del propio funeral.
Oralé! Soy Leyenda!
ResponderEliminarEs tan verdad lo que cuenta que duele y tambien sana.
ResponderEliminarMe alegra que te haya emocionado Vanessa.
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