Cuarta etapa. Consulado Viejo.
Museo de las Cortes de Cádiz |
Para esta ocasión, voy a limitarme a anotar lo que evoca Antonio Alcalá Galiano, en Recuerdos de un anciano (1913) sobre la tertulia de Frasquita Larrea, de quien puede leerse más información en mi blog Doceañista:
En esto apareció una tertulia de igual naturaleza, pero en que predominaban opiniones diametralmente opuestas. La de la señora doña Francisca Larrea, mujer del ilustrado alemán D. N. Böhl de Faber, literato, buen escritor en nuestra lengua y apreciabilísimo, visto a todas luces. Su mujer, a quien acababan de dar licencia los franceses pan pasar a Cádiz desde Chiclana, donde residía durante los meses primeros del sitio, era literata y patriota acérrima pero de las que consideraban, el levantamiento de España contra el poder francés como empresa destinada a mantener a la nación española en su antigua situación y leyes, así en lo político como en lo religioso, y aun volviendo algo atrás de los días de Carlos III, únicos principios y sistema, según su sentir, justos y saludables. Fui yo presentado en casa de la señora de Böhl; pero por mil razones no hube de agradarle, ni ella por su parte, a pesar de su mérito, se captó mi pobre voluntad.
Amalia Vilches, Beatriz, Good Books. |
Quinta etapa. Plazuela y Café de Orta.
Para esta penúltima etapa, que nos introduce en una recoleta plaza donde se situaba un famoso café, con contertulios algo ruidosos, acudiremos a la novela de Amalia Vilches, Beatriz. En ella, su autora nos asoma a la vida de una «amazona», así la denomina su autora en la novela, una mujer joven, decidida y valiente que, como muchas durante la Guerra de la Independencia, y las conspiraciones que se desarrollaron durante el Trienio Liberal, arriesgaron su vida en pro de la Libertad (2020: 6):
Paseaban por la calle Ancha y se entendían perfectamente a pesar de la diferencia de edad. Antonio [Alcalá Galiano]no tendría más de veintiséis y don Juan Cevallos pasaba de los cincuenta. Las tiendas estaban a punto de cerrar. […]. —A Pepe Rodríguez, el gallego, el dueño del café Orta, [el gobernador Enrique O’Donnell, conde de La Bisbal] le ha llamado la atención por no estar todo lo atento que debía en la iglesia […]. Antonio se acomodó a su lado. Tenían enfrente, en la esquina con la calle Veedor, la casa de los Istúriz.
Sexta etapa. Plaza de San Antonio (Continuará).
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu comentario está pendiente de moderación.