El pasado lunes 14 de mayo falleció Tom Wolfe, escritor y periodista, famoso por novelas como La hoguera de las vanidades, y creador del llamado «Nuevo periodismo». Quienes llevamos más de quince años investigando e impartiendo docencia sobre «Literatura y periodismo», no podemos menos de tributar un pequeño recuerdo para quien ha sido una figura tan importante en ambos campos.
Fuente: DiarioUChile. |
Cuando empezaba a preparar las varias asignaturas de licenciatura y doctorado, luego también de grado y máster, hubo un libro de Albert Chillón que me prestó una inestimable ayuda, por la frescura de sus propuestas. Se trata de Literatura y periodismo. Una tradición de relaciones promiscuas (Universitat de València, 1999), que me resultó muy atractivo porque no sólo traía a colación ejemplos clásicos sino también referencias de relativa actualidad. Desde luego allí estaba Wolfe que, por cierto, no siempre sale bien parado.
Es evidente que su figura ha sido muy polémica y que, más allá de su pensamiento conservador, a Wolfe le encantaba llamar la atención. Sus críticas contra escritores, ensayistas y periodistas no siempre estaban suficientemente fundamentadas —como el propio Chillón se encargó de señalar— y, en ocasiones, parece que el ataque es una manera fácil de atraer la atención de la opinión pública. Así, por ejemplo, hace un par de años dirigió sus dardos contra Darwin y Chomsky en The Kingdom of Speech (2016), «a bonfire of facts, reeking of vanity», según Steven Poole, crítico de The Guardian.
Como no podía ser de otra manera, en estos días la prensa le ha dedicado varios obituarios, entre los que pueden leerse aquí el de Idoya Noain, para El Periódico, el de Amanda Mars, para El País y el de Claudia Carvajal G., para DiarioUChile, de donde procede la imagen.
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