Así nos lo recuerda la Biblioteca Nacional, que nos ofrece su colección de obras digitalizadas de Larra y digo yo que tanta lucidez lo acabó destruyendo. Una lucidez que nos haría mucha falta en este momento de tanta oscuridad y si no lean algunas frases suyas que nos vendrían al pelo:
«Las circunstancias» ( La Revista Española, Periódico Dedicado a la Reina Ntra. Sra., n.º 131, 15 de diciembre de 1833, Madrid):
Por último, de momento.
«Las circunstancias» ( La Revista Española, Periódico Dedicado a la Reina Ntra. Sra., n.º 131, 15 de diciembre de 1833, Madrid):
«[...] mientras haya hombres la
			 verdadera circunstancia es intrigar, estar bien emparentado, lucir más
			 de lo que se tiene, mentir más de lo que se sabe, calumniar al que no
			 puede responder, abusar de la buena fe, escribir en favor, y no en contra del
			 que manda, tener una opinión muy marcada, aunque por dentro se
			 desprecien todas, procurando que esa opinión que se tenga sea siempre la
			 que haya de vencer, y vociferarla en tiempo y lugar oportunos; conocer a los
			 hombres, mirarlos de puertas adentro como instrumentos, y tratarlos como
			 amigos; [...]» 
 «Cuasi. Pesadilla política» (Revista Mensajero, núm.
         			 162, 9 de agosto de 1835. «Boletín». Firmado:
         			 Fígaro)
«En España, primera de las
         			 dos naciones de la Península (es decir, de la 
         			 cuasi-ínsula), unas 
         			 cuasi instituciones reconocidas por 
         			 cuasi toda la nación; una 
         			 cuasi-Vendée en las provincias con un
         			 jefe 
         			 cuasi imbécil; conmociones aquí y
         			 allí 
         			 cuasi parciales; un odio 
         			 cuasi general a unos 
         			 cuasi hombres que 
         			 cuasi sólo existen ya en España. 
         			 Cuasi siempre regida por un Gobierno de 
         			 cuasi medidas. Una esperanza 
         			 cuasi segura de ser 
         			 cuasi libres algún día. Por
         			 desgracia muchos hombres 
         			 cuasi ineptos. Una 
         			 cuasi ilustración repartida por todas
         			 partes. Una 
         			 cuasi intervención, resultado de un 
         			 cuasi tratado, 
         			 cuasi olvidado, con naciones 
         			 cuasi aliadas. El 
         			 cuasi en fin en las cosas más
         			 pequeñas. Canales no acabados, teatro empezado, palacio sin concluir,
         			 museo incompleto, hospital fragmento; todo a medio hacer... hasta en los
         			 edificios el 
         			 cuasi». 
Por último, de momento.
 «Hay entre nosotros unos pocos hombres que andan jugando a la gallina
         			 ciega con nuestra felicidad, y que tienen el raro tino de hacer siempre las
         			 cosas al revés», en «Buenas noches. Segunda carta de Fígaro a su corresponsal en París» (El Español, 30 de enero
         			 de 1836).
Otro día, más. 
       
 
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu comentario está pendiente de moderación.