La lectura en red marca no solo el proceso de interacción intelectual y físico que implica la actividad lectora, sino que incluso puede repercutir en los hábitos de lectura de los usuarios y desde luego en la visión misma de la literatura, al añadir, a las experiencias lectoras tradicionales, las desarrolladas en internet, con obras no ya digitalizadas, sino creadas particularmente para este nuevo soporte.
Como señala Morales Sánchez, en el nuevo contexto de lectura en red, el estudio del lector y del proceso de lectura debe tener en cuenta en primer lugar «la posición del lector ante la literatura en red y
la consecuente concepción del mundo de lo literario a la luz de las
oportunidades posibilitadas por la misma; en segundo, el análisis de los
posibles cambios en el hábito de lectura de los usuarios a partir de la
utilización del soporte digital y, el tercero, el estudio del concepto de
competencia lectora en el ámbito de las obras digitales a partir de la
concepción de este tipo de lectura como una modalidad de experiencia lectora
que se suma a las ya consagradas e, incluso, interactúa con ellas»
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[1]
Isabel Morales Sánchez «El lector itinerante: nuevos espacios, nuevos retos», en Salvador Montesa (ed.) Literatura e internet. Nuevos textos, nuevos lectores. Publicaciones del Congreso
de Literatura Española Contemporánea, Málaga, AEDILE 2011, pp. 387-402.
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