A la disputa entre antiguos y modernos, en el ámbito literario, dedica Iriarte una curiosa fábula que tiene como protagonista al mosquito del vino.
Tomás de Iriarte. Fábulas literarias.
«La contienda de los mosquitos»
Imagen procedente de la edición de las Fábulas literarias ed. Calleja, 1893, en Biblioteca V. M. Cervantes |
Es igualmente injusta la
preocupación exclusiva a favor de la literatura antigua o a favor de la
moderna
Diabólica
refriega,
dentro de una
bodega,
se trabó entre
infinitos
bebedores
mosquitos.
(Pero extraño una
cosa:
que el buen
Villaviciosa
no hiciese en su
Mosquea
mención de esta
pelea).
Era el caso que
muchos,
expertos y
machuchos,
con tesón
defendían
que ya no se
cogían
aquellos vinos
puros,
generosos, maduros,
gustosos y
fragantes
que se cogían
antes.
En sentir de otros
varios,
a esta opinión
contrarios,
los vinos
excelentes
eran los más
recientes,
y del opuesto
bando
se burlaban,
culpando
tales
ponderaciones
como
declamaciones
de apasionados
jueces
amigos de
vejeces.
Al agudo
zumbido
de uno y otro
partido
se hundía la
bodega,
cuando héteme que
llega
un anciano
mosquito,
catador muy
perito,
y dice, echando un
taco:
«¡Por vida del dios
Baco!...
—entre ellos ya se
sabe
que es juramento
grave—,
donde yo estoy,
ninguno
dará más
oportuno
ni más fundado
voto;
cese ya el
alboroto.
A fe de buen
navarro,
que en tonel, bota
o jarro,
barril, tinaja o
cuba,
el jugo de la
uva
difícilmente evita
mi cumplida visita;
y en esto de
catarle,
distinguirle y
juzgarle,
puedo poner
escuela
de Jerez a
Tudela,
de Málaga a
Peralta,
de Canarias a
Malta,
de Oporto a
Valdepeñas.
Sabed, por estas
señas,
que es un gran
desatino
pensar que todo
vino
que desde su
cosecha
cuenta larga la
fecha,
fue siempre
aventajado.
Con el tiempo ha
ganado
en bondad, no lo
niego;
pero si él, desde
luego,
mal vino hubiera
sido,
ya se hubiera
torcido;
y al fin, también
había,
lo mismo que en el
día,
en los siglos
pasados
vinos
avinagrados.
Al contrario, yo
pruebo
a veces vino nuevo,
que apostarlas
pudiera
al mejor de otra
era;
y si muchos
agostos
pasan por ciertos
mostos
de los que hoy se
reprueban,
puede ser que los
beban
por vinos
exquisitos
los futuros
mosquitos.
Basta ya de
pendencia;
y por final
sentencia,
el mal vino
condeno;
le chupo cuando es
bueno,
y jamás
averiguo
si es moderno u
antiguo».
Mil doctos
importunos
(por lo antiguo los
unos,
otros por lo moderno)
sigan litigio
eterno;
mi texto favorito
será
siempre el
mosquito.
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