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viernes, 18 de enero de 2013

Una compañía de baile en los «Cuentos gaditanos»


LXX

C O S A S   D E   A N T A Ñ O.
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     La Pautrez y la Quatrini ([1]),
dos bailarinas de antaño,
trajeron enloquecido
al público gaditano;
que acudía presuroso
al veterano teatro,
que llaman el Principal,
a disfrutar con los saltos
las piruetas y los brincos
y los difíciles pasos
de aquellas dos eminencias
del gran arte coreográfico.
Llegó a tanto la pasión,
subió a tanto el entusiasmo,
que por ver las cabriolas
los gaditanos mostraron,
que aquellos buenos señores
tan serios, y encopetados,
tan ricos y tan formales
y enemigos del escándalo,
cual zegríes y gomeles,
cual chorizos y polacos ([2]),
masones y comuneros
o como perros y gatos
por las sílfides, ya dichas
se dividieron en bandos,
tan opuestos y feroces,
exclusivos y encontrados
que apuraron las razones
y apelaron a los palos
como argumento supremo
en pro del ídolo amado,
que cada cual defendía
con empeño tan bizarro,
convirtiendo a cada hora
en campo de pugilato
aquello que más que templo
a las musas dedicado,
parecía a todas luces
un reñidero de gallos.
Y dicen, los que lo vieron
que se llevó a tanto grado
aquella empeñada lucha,
que se dio el siguiente chasco,
que yo quiero consignar
por lo original del caso.
Anunció su beneficio
la Quatrini, un día dado:
¿y qué hacen sus enemigos,
los ardientes partidarios
de su rival la Pautrez?
se juntan en conciliábulo,
van después al botiquín
y compran, sin más reparo,
todas las localidades
disponibles del teatro:
pactan, luego, gran secreto
y se dispersan callados.
Llega la hora de empezar
y con estupor y pasmo
de la mísera Quatrini,
que sabía que tomados
estaban todos los sitios
de la casa, de antemano;
y esperaba verla llena
de amigos y apasionados
que al salir la colmarían
de coronas y de aplausos;
solo vio, cuando el telón
los gallegos elevaron,
el vacío en las lunetas,
la soledad en los palcos,
la orquesta tocando sola
y para colmo de escarnio
a su rival La Pautrez,
con la sonrisa en los labios,
en un palco de proscenio
su venganza saboreando.
                                                     

(1). No es Pautrez, sino Pautret. Se trata de la Sra. María Pautret y de la Sra. Justina Quatrini, ambas integrantes de la compañía de bailes dirigida por el Sr. Andrés Pautret y compuesta, además, por Pascual Aceitún, Juan B. Cozzer, Dolores Lamadrid, Luisa López, Carlota Martelli, Francisco Quatrini y José Rosales. Entre otros bailes representron El paje incosntante. Baile de medio carácter en tres actos. libreto publicado en Cádiz, Imprenta de Carreño, 1814. (Biblioteca Pública de Cádiz, Caja de Teatro, nº 6). 
(2) Se llamó así a los bandos en que se dividían los madrileños aficionados al teatro en el siglo XVIII y comienzos del XIX, que estaban enfrentados según acudieran al Corral de la Cruz o al del Príncipe.

Para más información, remito a mi edición de los Cuentos gaditanos de Pedro Ibáñez-Pacheco.

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